En América Latina la prevalencia de la enfermedad de Chagas en las embarazadas varía del 0,30% al 40% y se estima que la tasa de transmisión perinatal está entre el 0,4% y más del 10%. Sin embargo, esta transmisión es evitable.
La detección de la enfermedad en el embarazo o en recién nacidos permite intervenciones simples y costo-efectivas.
La atención de la enfermedad de Chagas congénita debe integrarse en programas destinados a detectar otras infecciones de transmisión materno infantil como propone la iniciativa ETMI plus (Marco para la Eliminación de la Transmisión Materno Infantil del VIH, la sífilis, la hepatitis B y la enfermedad de Chagas) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).