En la actualidad la transmisión vertical o congénita (de una madre embarazada a su hijo/a durante el embarazo o parto) es la que genera mayor número de nuevos casos a nivel global.
6 a 8
millones de
personas infectadas
en el mundo.
1,2
millones son
mujeres en
edad fértil.
9.000
bebés nacen cada año
con la enfermedad
de Chagas en el mundo.
En América Latina la prevalencia de la enfermedad de Chagas en las embarazadas varía del 0,30% al 40% y se estima que la tasa de transmisión perinatal está entre el 0,4% y más del 10%. Sin embargo, esta transmisión es evitable.
La detección de la enfermedad en el embarazo o en recién nacidos permite intervenciones simples y costo-efectivas.

La atención de la enfermedad de Chagas congénita debe integrarse en programas destinados a detectar otras infecciones de transmisión materno infantil como propone la iniciativa ETMI plus (Marco para la Eliminación de la Transmisión Materno Infantil del VIH, la sífilis, la hepatitis B y la enfermedad de Chagas) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Desafío
Brindar acceso al diagnóstico fácil y temprano a todas las personas expuestas a la transmisión de Chagas, especialmente a:
Mujeres en
edad fértil.
Mujeres que realizan
consultas en etapa
preconcepcional.
Personas gestantes,
recién nacidos/as e hijos/as
más pequeños/as, niñas
y adolescentes (fase
preconcepcional)
Recién nacidos
de madres infectadas.
Familiares y otros niños
nacidos de madres
infectadas.
Preguntas
frecuentes

sobre la
enfermedad
de Chagas

El diagnóstico definitivo de infección por T. cruzi depende del resultado positivo de, al menos, dos pruebas serológicas diferentes que detectan anticuerpos específicos en el suero del paciente. En los recién nacidos y niños menores de 10 meses, debe realizarse diagnóstico parasitológico directo (por microscopio) o por técnicas moleculares (PCR) según las normas y consensos de cada país.

Desde 2002, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el diagnóstico de Chagas a mujeres que residan o provengan de países con antecedentes de transmisión vectorial (mediante insectos).

Las mujeres embarazadas con un resultado positivo para Chagas deben solicitar el diagnóstico de su bebé al momento del nacimiento y un control a los diez meses de edad.

La efectividad del tratamiento de la enfermedad de Chagas depende de la edad y el estado de salud de la persona afectada. Cuanto antes se suministre, mejores son los resultados esperados. En niños y niñas recién nacidos el tratamiento presenta una eficacia cercana al 100%.

La alta tasa de curación demostrada por estudios parasitológicos e inmunológicos de Chagas alcanza entre el 90% y el 100% de los casos si el tratamiento se inicia en el primer año de vida del recién nacido. Por eso es muy importante que la detección sea lo antes posible.

En la mayoría de los países el tratamiento, al igual que el diagnóstico de Chagas, es gratuito.

No está recomendado el tratamiento y la administración del medicamento durante el embarazo.
Sí está recomendado a posterior y antes de otro embarazo.

El diagnóstico oportuno durante el control prenatal permite el acceso al tratamiento precoz del recién nacido, con un impacto de curación de prácticamente un 100%.

Sí. Porque para confirmar o descartar la enfermedad de Chagas es necesario realizar un diagnóstico serológico a partir de los 10 meses.

El seguimiento de los hijos de embarazadas positivas para T. cruzi constituye uno de los principales problemas actuales para el acceso al diagnóstico y tratamiento oportuno y adecuado.

Se recomienda administrar los medicamentos para la enfermedad de Chagas, beznidazol y nifurtimox, luego del sexto mes de lactancia.